admitir que siempre me sentía más feliz en mi trabajo cuando daba un giro sorprendente".
Casi ningún artista se ha dedicado tanto a la experimentación y a los intentos transfronterizos en el arte como Otto Piene (1928-2014). Es uno de los grandes protagonistas artísticos del siglo XX. Como cofundador del movimiento internacional ZERO, jugó un papel decisivo en la expansión de las formas de arte clásico, como la pintura y la escultura, en los años 1960. Sus pinturas de humo y fuego, sus salas de luz y ballets de luz representan un anhelo casi romántico de armonía con la naturaleza, incorporando movimiento real, luz, tiempo y espacio a su producción artística. Los proyectos en lugares públicos de Alemania y Estados Unidos, pero especialmente su traslado a Estados Unidos a finales de los años 60, abrieron nuevas y decisivas perspectivas para su actitud experimental. Desde principios de los años 70, Piene, junto con ingenieros técnicos, desarrolló numerosos proyectos y eventos interdisciplinarios en el Centro de Estudios Visuales Avanzados (CAVS, MIT, Boston) que tuvieron lugar en espacios públicos y fueron altamente procesuales y efímeros. Es precisamente en estos proyectos efímeros del artista donde se revela una concepción abierta del arte que aún hoy resulta impresionante y relevante para el discurso actual.
Con tres proyectos para el próximo verano de 2014, la Galería Nacional de Berlín y el Deutsche Bank KunstHalle quieren llamar la atención sobre esta actitud experimental de Otto Piene. La atención se centra en los enfoques artísticos de los años sesenta y principios de los setenta.