Estela y Calatrava.
El telón de Michael Kohlhaas 15 de abril de 2011 - 14 de agosto de 2011
Neue Nationalgalerie

Duración 15 de abril de 2011 - 14 de agosto de 2011

Ubicación Nueva Galería Nacional

Una exposición de la Galería Nacional en colaboración con el IAACC Pablo Serrano, Zaragoza (España). Hecho posible gracias a la Asociación de Amigos de la Galería Nacional.

Ambos son estrellas mundiales: el artista estadounidense Frank Stella, que utiliza la pintura como medio para penetrar en el espacio desde los años 60, y el arquitecto, ingeniero y constructor español Santiago Calatrava, que ha creado estructuras espaciales muy poéticas con puentes de filigrana y arcos. estructuras. Por primera vez, ambos artistas han creado una obra conjunta que se presentará en primicia mundial en la Neue Nationalgalerie: “La cortina de Michael Kohlhaas”.

En el centro se encuentra una pintura monumental poderosa y luminosa de Frank Stella de 2008, que el artista pintó como una composición suelta sobre un lienzo tosco. Stella, que desde sus estudios ha estado estrechamente vinculado a la cultura alemana, crea motivos basados ​​en Heinrich von Kleist y su historia tan ricamente narrada de "Michael Kohlhaas". Santiago Calatrava, por su parte, diseñó una delicada arquitectura para el mural originalmente de 30 metros de largo, un toro que convierte la imagen en un panorama en forma de anillo. Suspendida a gran altura sobre los visitantes en el centro de la sala de cristal, esta instalación se convierte en una experiencia espacial compleja. Colores plásticos brillantes, patrones dinámicos y estructuras rompen la rígida austeridad de Mies van der Rohe. Arte, literatura y arquitectura se combinan para crear una instalación energéticamente radiante.

Frank Stella, nacido en Boston en 1936, estudió arte e historia en la Universidad Phillips (Andover) y en la Universidad de Princeton (Nueva Jersey) en los años cincuenta. Debutó en los años 60 con cuadros en negro, las “Pinturas Negras”. Rayas monocromáticas de color negro corrían paralelas al borde del lienzo, entre las cuales el lienzo permanecía visible en áreas estrechas y sin pintar. Su objetivo era presentar una pintura menos como una imagen y más como un objeto real tridimensional. Este aspecto de la pintura lo destacó aún más en sus llamados "lienzos moldeados", en los que varió la forma rectangular habitual del lienzo y utilizó formatos individuales que seguían la estructura geométrica del cuadro. Con “Sanbornville I” (1966), la Galería Nacional posee una obra importante de este período.

Lo que ya resulta evidente aquí es el desarrollo espacial que experimentaron sus pinturas en los años setenta. Stella pasó a diseñar superficies como relieves y a proporcionarles extensiones cuasi arquitectónicas. En la década de 1980 abandonó cada vez más la superficie de pintura plana. Trabajó desde la superficie hacia la superficie: con elementos excéntricos y de colores estridentes, así como con incisiones en el soporte del cuadro, desarrolló un lenguaje formal casi escultórico. Finalmente, en la década de 1990, del estudio de Stella salieron cada vez más esculturas de gran tamaño: grandes objetos metálicos de colores brillantes que, con sus formas dinámicas, se acercaban al género de la ciencia ficción.

Por primera vez, Santiago Calatrava y Frank Stella han realizado un proyecto conjunto. Se conocieron por primera vez en 1990 en Lyon, donde Calatrava construía la estación de tren de Saint-Exupéry. Cristina Carrillo de Albornoz, curadora española, sugirió una colaboración que finalmente tomó forma durante una visita al estudio. Allí ambos decidieron añadir una "estructura" de Calatrava al monumental cuadro de Stella, la “Cortina de Michael Kohlhaas”. El cuadro, una cortina de lino resistente de aproximadamente 30 m de largo, está provista de ojales en los lados longitudinales. El tema de la pintura es la novela corta de Heinrich von Kleist “Michael Kohlhaas” (1810), que Stella implementa de manera asociativa libre. “Me encanta la velocidad”, confiesa Frank Stella, y debido a esta pasión le fascina el rápido fluir de la narración con la que Kleist describe la historia del comerciante de caballos Michael Kohlhaas. La novela es básicamente la crónica de una revuelta: después de que Michael Kohlhaas fuera estafado con dos caballos, intentó obtener una compensación a través de los canales oficiales. Las autoridades estatales ignoraron sus repetidas quejas hasta que recurrió al vigilantismo: a través de numerosos incendios provocados, ataques y saqueos, finalmente hizo oír su voz y hizo valer sus derechos, pero también pagó por ello con su vida.

Frank Stella hizo por primera vez un collage para esta novela: los elementos geométricos y ornamentales que recuerdan a motivos cómicos o dibujos técnicos están presentes en una abundancia impresionante. Frank Stella transfirió esta plantilla rica en materiales a doble cara sobre un lienzo en llamativos "colores plásticos". La referencia a la novela corta del título reside, por ejemplo, en la acumulación de colores y motivos que crean una dinámica arrolladora y expresiva.

Para el lienzo de enormes dimensiones, Calatrava diseñó un cuerpo geométrico inusual, un toro, formado por elegantes arcos metálicos de color cobre en los que se sujeta el lienzo. La estructura de soporte redonda expande la imagen hasta convertirla en un panorama. Con esta instalación flotante bajo el techo de la Neue Nationalgalerie de Mies van der Rohe, Frank Stella y Santiago Calatrava continúan su diálogo sobre la relación entre pintura y espacio.