colección de jonathan monje
Artista
Jonathan Monje
Paquete de títulos
Año de creación
Desde 2001
Año de adquisición
2006
Adquisición de la fundación
El artista británico Jonathan Monk es conocido por su humor y su enfoque ligeramente peculiar del arte conceptual y ha estado deambulando por el paisaje del arte del siglo XX desde principios de los años 90. Con buen ojo para los detalles oscuros de la historia del arte, se encuentra con Piet Mondrian en un árbol, empuja a Robert Barry sobre hojas de papel y arrincona a Sol LeWitt, Bruce Nauman o Dan Flavin.
Como lo demuestran estas obras, la "firma" artística de Monk es tan efímera e irónica como en su primera obra "My Name Written in Piss" (1993), en la que el artista orinó su nombre en la arena. Quizás su firma sea que no hay una firma obvia en su obra incongruente y diversa. Es una obra no dogmática que incluye objetos, fotografías, obras de neón, proyecciones de diapositivas y 16 mm, así como obras de texto y dibujos. Aquí, formas cuasi industriales tomadas del Minimal Art, como "Corner Piece (para Dan Flavin)" (2005) o "Corner Piece (para Alighiero Boetti)" (2005), se yuxtaponen con obras completamente diferentes, como las borrosas proyección cinematográfica de una mancha de color saltante en "Buscando el centro de una hoja de 40 hojas de papel de diseño de colores mientras miras por la ventana 1/2" (2002) o la traducción de la frase "33. Es difícil equivocarse una buena idea" en "Entre aquí y allá (en proceso)" (2005).
Al mismo tiempo lúdico y nostálgico, el artista Monk está menos interesado en deconstruir la historia del arte a través de su suave apropiación que en examinar los fenómenos de reproducción y repetición; Su objetivo es retomar las ideas históricas en el contexto del presente y saquearlas, alargarlas y ampliarlas. Quiere sentir la historia y hacerla tangible; quiere añadir detalles biográficos, fluidos biológicos y referencias sociales a reliquias formalistas. No pretende reducir las teorías y las ideas al nivel de la vida cotidiana, sino que ve la teoría y la vida cotidiana como un equipo inseparable. Jonathan Monk, dice Stephan Berg, no es un cirujano a sangre fría que expone las diversas tendencias del arte del siglo XX para declararlas muertas. Más bien, es un romántico que "a su manera especial les lleva a una vida contradictoria".