Michael Kunze
Día de puertas cerradas / Patusan, 2012
Artista
Michael Kunze
Título
Día de puertas cerradas / Patusan
Año de creación
2012
Técnica y dimensiones
óleo sobre lienzo, 240 x 205 cm.
Año de adquisición
2013
Adquisición de la fundación
Michael Kunze (nacido en 1961 en Múnich) crea metamundos en sus pinturas basándose en complejas referencias de la filosofía, el cine, la literatura, el arte y la historia cultural. Por un lado, las escenas de aspecto utópico recuerdan formalmente un lenguaje artístico de épocas pasadas, como el del Renacimiento o las vanguardias del modernismo clásico. Al mismo tiempo, los paisajes apocalípticos y los collages arquitectónicos de las imágenes de Michael Kunze también citan una ciberestética muy contemporánea y de aspecto futurista de los fondos virtuales de los juegos de ordenador. Kunze, que estudió musicología e historia del arte antes de estudiar en la Academia de Arte de Munich, utiliza su trabajo para examinar los paradigmas de la modernidad y los proclamados puntos de venta únicos que representa la producción artística en la primera mitad del siglo XX.
Este es también el caso de la obra “El día de la puerta cerrada / Patusan” de 2012, para la cual la novela de 1900 “Lord Jim” de Joseph Conrad representa una clara referencia interdisciplinaria. Conrad cuenta la historia del antihéroe Lord Jim, quien, como marinero durante un naufragio, decide salvar su propia vida junto al capitán en lugar de ayudar al resto de la tripulación. Los dos náufragos terminan varados en la costa de la isla ficticia de Patusan en las Indias Orientales, donde Lord Jim, a pesar de sus intensos esfuerzos por ser aceptado por la población nativa, finalmente es asesinado por ellos. En esta narrativa laberíntica se examinan críticamente el dilema moral del individuo en una sociedad moderna y el punto ciego de la historia colonial europea.
El cuadro de Michael Kunze puede leerse como una interpretación de este acontecimiento y retoma varios motivos y símbolos de la novela de Conrad. Las tres figuras que Kunze ha colocado sentadas alrededor de una mesa sobre una estructura similar a un escenario sobre un fondo azul están fragmentadas hasta el punto de no tener rostro y, por lo tanto, permanecen completamente anónimas para el espectador. Las sillas decorativas y el traje de una de las figuras son claros indicios de una imaginería de la civilización occidental y contrastan fuertemente con la construcción arquitectónica tosca y de aspecto arcaico, que parece haber caído completamente fuera de tiempo. Esta abstracción geométrica parecida a un templo, un motivo recurrente en las composiciones de Kunze, es una clara ruptura con el mobiliario lúdico, en el que se sienta entronizado un pavo real azul y mira hacia la zona de asientos. El pavo real no sólo representa simbólicamente una de las primeras aves mascota de la humanidad y representa la arrogancia entre los animales, sino que también se considera un ave sagrada en la India y adornó la bandera colonial británica de Birmania en el siglo XX.
En sus cuadros, Michael Kunze crea una crítica muy inteligente y profunda de los fundamentos aparentemente irrefutables del canon de la pintura moderna. Utilizando una técnica de pintura de viejos maestros casi virtuosa, esboza escenarios de un posible futuro entre los mundos de una manera muy visionaria y reflexiona sobre su propio campo de actividad actual. Sus obras dejan abiertas muchas preguntas y proclaman así la imposibilidad de cerrarlas.