La Nationalgalerie im Hamburger Bahnhof – Museum für Aktuell – Berlín se complace en poder presentar por primera vez en Europa una exposición individual del artista chino Qiu Shihua. La obra de Qiu Shihua se presenta utilizando una selección de obras que incluyen obras tempranas de la década de 1970 hasta obras recientes. La exposición ofrece así una visión representativa de la obra de Qiu, cuya obra es sin duda uno de los logros artísticos más destacados del arte contemporáneo.
A primera vista, las obras de Qiu Shihua parecen pinturas monocromáticas, casi blancas. Sin embargo, después de buscar durante más tiempo, en las zonas pintorescas se hacen visibles paisajes espaciosos que, según se mire, se vuelven cada vez más detallados o desaparecen nuevamente como posible imagen. Sólo una visualización intensiva hace posible la compleja visibilidad de las imágenes. Además de ver, se requiere el “ojo pensante”, como ocurre sólo en unos pocos casos en la historia reciente del arte.
Con los paisajes blancos, el artista cuestiona el concepto de visibilidad en la pintura. El artista permite que sus motivos aparezcan y desaparezcan dentro y detrás de finas capas blancas de pintura y veladuras. La prueba constante del tipo de imagen de paisaje blanco y la preocupación incansable por los matices de su variabilidad apuntan a una forma taoísta de pensar y trabajar. Se caracteriza por el proceso de repetición, en el que se explora una interacción de presencia y ausencia, plenitud y vacío, representación y éxtasis. El proceso de representar un motivo es un polo, el desapego simultáneo de cualquier motivo es el otro. Ver se convierte en una interacción de percepción. Se pueden establecer conexiones con la tradición de la pintura china de la pintura “Shanshui” (montaña-agua), que asumía formas similares de ver como un proceso entre dos polos de vacío y plenitud motriz.