Rudolf Belling (1886-1972) es uno de los escultores alemanes más importantes del modernismo clásico. La Galería Nacional, que dedicó su primera exposición al artista en 1924, presenta ahora en la gran retrospectiva al pionero de la abstracción plástica Rudolf Belling. Esculturas y arquitectura. La exposición es la primera presentación completa de su trabajo en 40 años y demuestra la importancia de Belling para la vanguardia del siglo XX. El punto de partida son once obras importantes de los años 20 de la colección de la Nationalgalerie, entre ellas el famoso Dreiklang (1919/24). En total, unas 80 piezas expuestas desde los años 1910 hasta los años 1970, entre esculturas, dibujos, modelos, películas, fotografías y estatuillas, iluminan las múltiples facetas de un escultor que no puede limitarse únicamente al medio de la escultura.
La obra de arte de Belling, que abarca más de seis décadas, se caracteriza por una versatilidad única: su vocabulario estilístico abarca desde el expresionismo hasta la nueva objetividad, desde el futurismo hasta el constructivismo, desde la abstracción hasta el naturalismo. También traspasó fronteras comunes en lo que respecta a los géneros: trabajó como escenógrafo y diseñador de vestuario, escultor arquitectónico y publicitario, retratista y diseñador; Se crearon espacios interiores, esculturas arquitectónicas, fuentes y monumentos en colaboración con arquitectos; Las utopías de la construcción encontraron expresión en diseños visionarios; Su “escultura de moda” todavía se considera un ejemplo destacado del maniquí moderno.